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REVERSO TRIBUTE ENAMEL HOKUSAI “AMIDA FALLS”

RESUMEN

Fusionando la artesanía europea con el arte japonés

En su último homenaje artístico, Jaeger-LeCoultre presenta una edición limitada de 10 relojes, el Reverso Tribute Enamel Hokusai “Amida Falls”, que conmemora la obra del maestro japonés del siglo XIX Katsushika Hokusai. La trasera de la caja del nuevo reloj está decorada con una reproducción en miniatura esmaltada a mano de The Amida Falls in the Far Reaches of the Kisokaidō Road (Kisoji no oku Amida-ga-taki), la obra más conocida de A Tour of Waterfalls in Various Provinces (Shokoku taki meguri), una serie de ocho xilografías creadas por el artista en 1833-34.

DESCUBRA EL NUEVO REVERSO TRIBUTE ENAMEL HOKUSAI “AMIDA FALLS”
ARTESANÍA

UN TRABAJO DE PRECISIÓN Y TALENTO ARTÍSTICO

Durante casi dos mil años, el intercambio cultural bidireccional entre Asia y Europa ha ejercido una profunda influencia en todas las manifestaciones artísticas orientales y occidentales, y el nuevo Reverso continúa el diálogo entre las tradiciones artísticas orientales y occidentales que la Grande Maison ha ido adoptado a lo largo de su historia. Complementando el exquisito homenaje al arte de la xilografía de la trasera de la caja, la esfera sigue las tradiciones artesanales occidentales del Guilloché y el esmaltado Grand Feu.

UN HOMENAJE A UN GRAN MAESTRO JAPONÉS

En el siglo XIX, Hokusai formaba parte de un grupo de artistas japoneses que elevaron la antigua práctica de la xilografía de arte popular y “de perfil bajo” a un arte con mayúsculas, gracias a sus innovaciones en cuanto a temática, color y composición. Su serie “Waterfalls”, producida cuando el artista tenía más de setenta años, está considerada por muchos artistas como una de las series de paisajes más hermosas que se haya producido nunca. La obra más conocida de la serie, “Amida Falls”, encarna la fascinación del artista por la fuerza del agua cayendo en cascada y las monumentales formas de la tierra, que eclipsan las figuras humanas que se encuentran cerca disfrutando de una comida campestre.

ESMALTADO GRAND FEU EN MINIATURA

Para reflejar la fuerza de la imagen original de Hokusai y reproducir fielmente cada detalle sobre una superficie de tan solo tres centímetros cuadrados, poco más que una décima parte del tamaño original, el maestro artesano de Jaeger-LeCoultre no solo ha tenido que miniaturizar y reproducir perfectamente cada detalle de la composición, sino que también ha tenido que crear la ilusión de la técnica de la xilografía. Para lograrlo, el esmaltador ha tenido que desarrollar una técnica especial que reproduce el característico efecto bokashi de los matices sutiles y los colores difuminados de las obras impresas originalmente en papel, al tiempo que refleja los vivos azules y amarillos que caracterizan la obra de Hokusai. Se trata de un proceso cuidadosamente orquestado en muchas fases que supone un total de 70 horas de trabajo a lo largo de varias semanas, incluyendo un total de 12-15 cocciones por separado a 800 grados Celsius. 

UNA ESFERA HIPNÓTICA

La sencillez de la esfera del Reverso Tribute, con sus índices facetados aplicados y sus manecillas Dauphine, destaca totalmente la belleza de su decoración. Complementando la pintura en miniatura de la trasera de la caja, esta esfera está decorada con un patrón de rombos en guilloché, cuya textura se intensifica mediante un esmaltado Grand Feu traslúcido en un vivo tono verde.

Ejecutado a mano, usando un torno centenario, el patrón de rombos requiere una gran destreza y habilidad: sosteniendo la placa de la esfera en un ángulo meticulosamente calculado, cada una de las 60 líneas que marcan el patrón requiere tres pasadas de torno. A continuación, se aplican, al menos, seis capas de esmaltado traslúcido. Una vez que el esmaltado está listo, el último reto consiste en la perfecta aplicación de los índices y del minutero de tipo “chemin de fer”. En general, el proceso completo de la esfera requiere más de 40 horas de trabajo. 

LEGADO

EL NACIMIENTO DE UN ICONO

En 1931, Jaeger‑LeCoultre presentó un reloj destinado a convertirse en un clásico del diseño del siglo XX: el Reverso. Al aunar tan hábilmente forma y función, se ha convertido en uno de los relojes más reconocibles de todos los tiempos, con un aspecto que resulta tan actual y moderno hoy como en sus primeros días.

Aunque su reverso de metal liso se había concebido en un principio como una mera solución funcional para evitar que se produjesen daños en la esfera, se reveló como una superficie ideal para personalizar el ejemplar con monogramas, emblemas o mensajes personales con lacados, grabados, esmaltados y el engaste de piedras preciosas.

COLECCIÓN

CREANDO HISTORIAS DESDE 1931

La personalización es un lienzo perfecto para la expresión artística, por lo que siempre ha sido un elemento clave de Reverso desde su creación. El taller de oficios extraordinarios Métiers Rares de Jaeger-LeCoultre reúne 180 oficios bajo un mismo techo, por lo que es el lugar perfecto para dar vida a la personalización. Desde grabados hasta esmaltados, la trasera del reloj Reverso ofrece infinitas posibilidades para crear a medida entre distintas combinaciones de motivos y colores de esferas. Al girar su caja, podemos descubrir nuestra propia historia.

¿Y ahora qué?

La historia continúa

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