El nuevo reloj ofrece una función de ajuste de alarma adicional: el temporizador. Gracias a esta función, el propietario del reloj puede elegir si ajustar la alarma en base al número de horas que deben transcurrir hasta que la alarma suene (por ejemplo, la duración de una reunión o el número de horas de sueño de una noche determinada). Asimismo, el propietario puede ajustar la alarma de la forma habitual, a partir de una hora determinada (como la hora de una cita o la hora a la que debe despertarse para tomar un vuelo). Los indicadores están vinculados, así que el segundo indicador se moverá automáticamente a la posición correspondiente, independientemente del método de ajuste de alarma que se escoja.

A pesar de tratarse de una de las complicaciones más útiles y más fascinantes de todas, la alarma continúa siendo sorprendentemente inusual en el mundo de la relojería. La historia del Memovox se remonta a los años 50, cuando la recuperación económica posterior a la Segunda Guerra Mundial supuso un increíble impulso de energía y de creatividad para el mundo. La tecnología dio lugar a industrias totalmente nuevas, las ciudades se expandieron y los hombres de negocios siempre en movimiento personificaron el ambiente de optimismo y confianza. Con este telón de fondo, Jaeger-LeCoultre aprovechó sus conocimientos especializados en mecanismos de sonería para desarrollar un reloj con alarma, un reloj enormemente práctico que parecía ajustarse perfectamente a los tiempos.