RELOJES DE LUJO CON TOURBILLON

¿Qué es un reloj Tourbillon?

Relojes con tourbillon: las complicaciones relojeras más hermosas

Un reloj mecánico, de cuerda manual o automático, es una creación relojera excepcional. Los movimientos de la muñeca generan la energía que, a continuación, se distribuye del barrilete al órgano regulador mediante un movimiento oscilante regular: un sistema ingenioso que permite que su reloj le acompañe siempre. Sin embargo, existe un fenómeno que puede alterar su buen funcionamiento: la gravedad. Esta crea una deformación en la espiral, lo que a veces provoca una falta de precisión. 

El tourbillon, inventado en el siglo XIX, revolucionó la industria de la alta relojería gracias a su innovador mecanismo, que compensa los efectos de la gravedad. El órgano regulador y el escape de un reloj con tourbillon se alojan en una jaula giratoria, compensando así los efectos de la gravedad. Desafiando las leyes de la naturaleza, la rueda de equilibrio oscila a 360°. Empleado inicialmente en relojes de bolsillo, el tourbillon se ha ido integrando en los relojes de pulsera, convirtiéndose en el símbolo de la alta relojería y del saber hacer suizo. Este dispositivo, que garantiza la precisión de un reloj mecánico, fascina tanto por su elegancia estética como por su complejidad técnica: solo puede encontrarse en los relojes más extraordinarios. 

Jaeger-LeCoultre: una manufactura suiza histórica

Fundada en 1833 por Antoine LeCoultre en el corazón del valle de Joux en Suiza, la Manufactura Jaeger-LeCoultre es pionera en la industria relojera. Impulsada por su creatividad y su sentido de la innovación, se trata de una de las pocas manufacturas que elaboran sus relojes suizos totalmente de forma interna, abarcando desde el diseño hasta el proceso producción. Una firma relojera maestra en complicaciones y, también, en el arte del tourbillon. 

Los relojes con tourbillon de Jaeger-LeCoultre, fruto de un largo y arduo trabajo, forman parte de las creaciones relojeras más complejas: se diseñan y se llevan con pasión. Pasados de generación en generación, han superado la prueba del tiempo conservando su elegancia y su precisión.

La evolución del tourbillon

En 1946, la Maison Jaeger-LeCoultre Maison presentó su primer reloj de tourbillon equipado con el calibre 170, uno de los movimientos más precisos de su época. A pesar de ser perfectamente apto para los relojes de bolsillo, caracterizados por mantenerse en una posición vertical fija, este dispositivo no era apto para los relojes de muñeca, ya que debido a los movimientos constantes de la muñeca, requería una tecnología más avanzada.

En 2004, el “Gyrotourbillon” multiejes hizo su aparición histórica en el reloj con tourbillon Master Grande Tradition con calibre 176. Al contrario que el tourbillon clásico, que rota alrededor de un único eje, el Gyrotourbillon gira en dos planos y en todas las direcciones posibles: una proeza técnica que limita los efectos de la gravedad.

Los relojes con tourbillon de Jaeger-LeCoultre dan un paso más en términos de rendimiento y precisión con el calibre 978: inspirado en el calibre 983, además del tourbillon, este modelo incorpora una complicación de fases lunares. Este destacado mecanismo de Jaeger-LeCoultre ganó el Concurso Internacional de Cronometría en el año 2009. 

Más tarde, en 2010, se creó el reloj con tourbillon volante orbital: este tourbillon multiejes, que combina rendimiento, precisión y estética, fue rebautizado como Cosmotourbillon. El rasgo más distintivo de este tourbillon es que se mueve alrededor de la esfera en el sentido contrario al de las agujas del reloj, resultando así tan eficiente a nivel técnico como fascinante a nivel visual. Esto es especialmente notorio en el reloj con tourbillon Master Hybris Artistica Calibre 945: una creación relojera única que evoca los misterios del tiempo y la belleza de la bóveda celeste.